sábado, 13 de marzo de 2010

Analisis de la parábola de las diez jóvenes del cortejo Mt 25,1-13

1- Lectura

1 Por eso, el Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo.
2 Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes.
3 Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite,
4 mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos.
5 Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas.
6 Pero a medianoche se oyó un grito: "Ya viene el esposo, salgan a su encuentro".
7 Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas.
8 Las necias dijeron a las prudentes: "¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?".
9 Pero estas les respondieron: "No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado".
10 Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta.
11 Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: "Señor, señor, ábrenos" 12 pero él respondió: "Les aseguro que no las conozco".
13 Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora.

2- Contexto

Son diez vírgenes, cinco necias cinco prudentes. Es de noche y están a la espera de la llegada de su esposa.

3- Sentido

A través de esta parábola Jesús nos quiere decir que siempre vamos a vivir en la incertidumbre de la venida de Jesús. En esta parábola las vírgenes prudentes son las almas fieles que esperan vigilantes el momento del señor. Su fe, traducida en obras, es el aceite que las mantiene despiertas.

4- Preguntas a Dios sobre el texto

- ¿ A si no estamos esperando la venid de Dios no nos va a abrir la puerta?

- ¿ Hay quienes son las vírgenes prudentes y quienes son las necias?

-¿ Dios quiere que siempre estamos esperándolos?

5- Sugerencias

Hoy las vírgenes prudentes son las pieles y las necias las que no son fieles

Si, si de verdad queremos estar con él y ayudarlo sí.

6- Compromiso

Nos comprometemos a esperar a Dos y a no separarnos de la puerta por la que el algún día entrará. Tendremos fe en él y creemos en él. Le esperaremos siempre.