domingo, 14 de marzo de 2010

GRATITUD

Te quiero

no porque he aprendido a decírtelo,

no porque el corazón

me sugiera esta palabra,

tampoco porque la fe

me haga creer que eres amor,

ni siquiera solamente

porque has muerto por mí.

Te quiero

porque has entrado en mi vida

más que el aire en mis pulmones,

más que la sangre en mis venas.

Has entrado

donde nadie podía entrar,

cuando nadie podía ayudarme,

cada vez que ninguno

podía consolarme.

Todos los días te he amado.

Todas las horas te he mirado

y en tu rostro

he leído la respuesta,

en tus palabras

la explicación,

en tu amor

la solución.

Señor, haz de nosotros instrumentos de tu paz.

Donde haya odio, pongamos amor.

Donde haya ofensa, pongamos perdón.

Donde haya discordia, pongamos unión.

Donde haya error, pongamos verdad.

Donde haya duda, pongamos la fe.

Donde haya angustia, pongamos esperanza.

Donde haya tristeza, pongamos alegría.

¡Maestro!

Que no busquemos tanto ser consolados como consolar.

Ser comprendidos , como comprender.

Ser amados, como amar.

Porque dando se recibe;

Perdonando se es perdonado;

Y muriendo se resucita a la vida eterna.

San Francisco de Ásis

Oración de la mañana

Señor, en el silencio de este nuevo día que nace,

vengo a pedirte paz,

sabiduría y fortaleza.

Hoy quiero mirar al mundo con ojos llenos de amor;

ser paciente,

comprensivo, humilde, suave y bueno.

Ver detrás de las apariencias a tus hijos,

como los ves Tú mismo,

para, así, poder apreciar

la bondad de cada uno.

Cierra mis oídos a toda murmuración,

y guarda mi lengua de toda maledicencia,

que sólo los pensamientos que bendigan permanezcan en mí.

Quiero ser tan bien intencionado y justo

que todos los que se acerquen a mi,

sientan tu presencia.

Revísteme de tu bondad, Señor,

y haz que durante este día,

yo te refleje. Amén

¿Cómo podemos seguir a Jesús?

Según los Evangelios, que describen la vida de Jesús, esta es la forma en la que nosotros podemos seguirlo.

Amar a todos sin distinción
Ser los primeros en amar
Amar sin esperar recibir nada a cambio
Ver y amar a Jesús en el prójimo
Amar como a nosotros mismos

Las Bienaventuranzas

En Mateo 5.1-12 y en Lucas 6.20-26, se nos narra la enseñanza de Jesús conocida como el Sermón de la montaña o bienaventuranzas. Estos dos pasajes de los Evangelios, especialmente en el de San Mateo, son de los más conocidos del Nuevo Testamento, aunque su significado, como veremos, es mucho más amplio y profundo de lo que en un principio podemos pensar.